Pablo empezaba el día con 1.373.00 fichas. Aunque no arrancó del todo bien, debido a que cuando abrió la bolsa de las fichas se fijo en que no le llegaban las cuentas de un día para otro. Entre la confusión, Pablo lanzó las cartas cuando no le tocaba hablar. No empezó bien, pero Morpheo (Pablo) consiguió subir su stack a 1.700.000.
Llegó a la cena con 75.000 dólares asegurados, y con ganas de más. Pero pasada una hora, tuvo lugar la mano fatídica. Pablo fue con dos cincos, su rival subió la apuesta y el español decidió ir con todo. Su rival pagó y enseñó dos diéces. Salió el trío de Pablo en el flop, pero las esperanzas desaparecieron con un 10.
Aquí acabó el sueño de Morpheo y el de los españoles. Esperamos que no pase mucho tiempo hasta que podamos ver a un español siendo el campeón del mundo de póker.